viernes, julio 30, 2010

Talibanes y trolls, la sexta columna.

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Cuando las páginas web y las redes sociales hicieron posible que emergiese a la luz pública el pensamiento nacional alternativo, ese que dentro de la isla carece de espacio para manifestarse, consiguiendo que el gobierno cubano se diera de bruces contra el único medio de difusión que no ha podido controlar, de inmediato aparecieron las páginas oficialistas renovadas, los blogs talibanes y los trolls por asignación.


A la proliferación de páginas y bloggeros libres – en tal cantidad y con tal espontaneidad que a los dictadores se les hace cada vez más difícil mantener el mito de la manutención imperialista – se ha instrumentado un escuadrón, no muy numeroso pero sí venerado por muchos sectores “progre” del embrollado universo izquierdista moderno, integrado por intelectuales de medio pelo que, a cambio de ciertas bondades personales, se prestaron para dar continuidad a los editoriales del Granma, o en el mejor de los casos, ofrecer tímidos conceptos aperturistas, como para crear la ilusión de que en Cuba es posible el debate con ideas oponibles.


A los más conocidos redactores de la complacencia, esos que no en balde quedaron relegados en el terreno de la literatura o el periodismo real, y que, aún con la ya tradicional mediocridad son capaces de redactar sin errores ortográficos, acaso polemizar sin recurrir demasiado al ataque personal, se unen, como soldados de retaguardia, otros muchos trolls, bastante menos capacitados para el ejercicio de la escritura, y que, quizás por esa misma razón, las autoridades destinaron al sucio trabajo de penetrar los foros públicos en la zona libre, y como espías desfachatados, jugar a ser ciudadanos cubanos que se expresan a favor de su gobierno, empleando los mismos argumentos que la prensa oficial, o bien insultando, agrediendo, difamando con palabrotas inverosímiles a aquello con lo que no parecen concordar.


Los del trabajo sucio – entre ellos el troll nombrado Van Van, que está asignado diariamente al blog de Claudia Cadelo, Octavo Cerco - tienen más libertades expresivas, como es obvio. Otros multiplican sus personalidades con seudónimos, desde los contados accesos estatales a la red o desde la Universidad de Ciencias Informáticas (de estos muchachones de la UCI, algunos han alternado el rol de comentaristas guevarianos con la renta clandestina de cuentas en moneda dura), y los terceros, enclavados en el extranjero, sirviendo al gobierno en sedes diplomáticas o negocios socialistas de nuestro capitalismo de estado. Muy pocos cometen la insensatez de mostrar su nombre real, como en el caso del troll Humberto Herrera Carlés (asignado a Cubaencuentro-Diario de Cuba), al cual la vanidad lo llevó a exponerse públicamente. Herrera Carlés habla en nombre del vapuleado proletariado cubano desde su cómoda posición en México, habiendo sido gerente de hoteles en La Habana desde comienzos de la crisis.


Pero de todos, el caso más curioso es el de Varela. El más original de los bloggeros pro castristas, reside en el corazón del exilio, en La Florida, y desde allí fustiga lo mismo a la oposición global que a la parte más obsoleta de la política miamense. Varela tiene el talento para el humor que no tienen, por ejemplo, Lagarde y Ubieta, y lo usa desde una postura de ambigua libertad de expresión, ambigua por expresarse aparentemente desde un plano emancipado, pero donde nunca aparecen las críticas a la dictadura. El uso parasimpático de argumentos razonables, de chucho hedonista a las debilidades más recurrentes de la oposición, no descarta la sospecha de que Varela sea agente de la seguridad, infiltrado como tantos otros, aunque con mejor suerte o fachada. Ello pudiera sostenerse en su formación de viejo karateka. Una buena parte de los cinturones negros de la Federación Cubana de Karate-do y artes marciales afines, fueron reclutados desde tiempos inmemoriales, sin mucho misterio, por los órganos de la seguridad cubana para uso de capacitación o empleo de fuerza directa contra elementos hostiles.


Hoy día la red es un campo heterogéneo donde, en lo tocante a nuestra realidad sociopolítica, los extremos parecen seguir determinando quiénes somos ante la opinión pública. Esta condición está dada, más que nada, por el desequilibrio de los bandos en pugna. Adentro, unos pocos controlan el flujo de la información y el asentamiento de las “verdades”, afuera, la mayoría libre carece de potestad para influir materialmente en el devenir político de la nación. De ahí que, para el gobierno cubano, la creación y alimentación de talibanes y trolls constituya un mecanismo indispensable para tratar de crear equivalencias en esta correlación de fuerzas virtuales. Ellos forman además una sexta columna para repeler, desde el espacio informático, a la quinta columna que ya formaron los bloggeros y periodistas independientes en el interior de la república.


En algo tienen razón: estamos en una guerra mediática. Y como se saben en desventaja numérica, recurren a lo que mejor conocen: la guerra de guerrillas, las emboscadas, las trampas, el tiroteo y escóndete en la manigua. Para eso los trolls y talibanes se pintan solos.


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Un día cualquiera del troll Van Van en los comentarios del blog Octavo Cerco.

Advertencia: Contiene lenguaje de adultos muy muy mal educados.

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Foto en un grupo de participación libre en facebook, llamado "A que consigo 1 millón

que odian a los gusanos de Miami". El cubano medio no tiene acceso redes sociales en internet, pero los trolls sí.

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lunes, julio 26, 2010

Siempre es tortuguéis.

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Nada. Ni litro de leche para todos, ni anuncio de reformas tibias. Nada.


Ni siquiera Raúl Castro habló en el acto central por el 26 de julio en Santa Clara, en esa plaza que supuestamente guarda los restos del Che Guevara y que, por alguna razón, fuera inaugurada un 28 de diciembre, día de los inocentes.


Machado Ventura, el vicepresidente encargado de poner la vaselina oficial en la tribuna, expresó: “Proseguiremos con sentido de responsabilidad, paso a paso, al ritmo que determinemos nosotros, sin improvisaciones ni precipitaciones”… O sea, suavecito es como se goza más. ¿Cuál es el apuro, señores?


Finalmente el compañero Fidel no apareció. Hugo Chávez tampoco. El primero debe haberse quedado en casa estudiando el próximo armagedón nuclear, y el otro resguardando la frontera para la invasión que, según él, están planeando los colombianos. Nuestras naciones están en guerra, compañeros, así que el litro de leche puede esperar.


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domingo, julio 25, 2010

Lo volvería a hacer exactamente.

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En la casi estrenada provincia de Artemisa revivió cual ave fénix el fantasma de la Sierra Maestra y las tantas escaramuzas en tribunas de Cuba y de la ONU. Fidel Castro, emérito comandante araña de la guerrilla, prosélito de los venerables bustos patrióticos y adorador de dioses materialistas, volvió a lucir el verde olivo, luego de cuatro largos años en pijama, monos adidas o camisitas a cuadros.

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En medio de sus entrenados cuidadores personales, todos ataviados con prendas deportivas de marca enemiga, por alguna razón bien abrigados en pleno verano sofocante, se paseó por Artemisa, la cueva donde se gestó el asalto al cuartel Moncada, en 1953. El comandante verde olivo recordó su plan violento con cariño: "Lo volvería a hacer exactamente. Solo que no le haría caso a ninguna guardia cosaca"… O sea, volvería a reunir a un grupo de hombres con armas largas y los volvería a lanzar contra un cuartel militar (extraviándose él antes de llegar a la candela, por supuesto), y los lanzaría a matar a otros hombres, o a ser matados por ellos.

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“Lo volvería a hacer exactamente”, así, tan tranquilo. Como volvería a encarcelar a sus propios opositores más tarde, aunque jamás le hayan tirado siquiera un hollejo. Así, tan campante, mientras sigue criticando la postura bélica del imperialismo yanqui, mientras sigue repitiendo cual pájaro de mal agüero su fatal vaticinio acerca de la inminente aniquilación del mundo.

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Reaparecer en verde olivo pudiera significar una puerta reabierta al poder, a la reafirmación del anciano senil como símbolo y líder tras bambalinas de un país desmembrado. Más aún, pudiera ser la materialización de una postura de oposición al más mínimo cambio. No será fácil para Raúl Castro, ni aunque quisiera, anunciar reformas profundas en el acto central por el 26 de julio, con aquel avechucho sagrado detrás, disfrazado como en los viejos tiempos.

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“Lo volvería a hacer exactamente”. Todo, desde el asalto al Moncada hasta el remolcador 13 de marzo, desde el yate Granma hasta la primavera negra, desde la condena a Huber Matos hasta la deportación de los presos políticos.

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El verde olivo es apenas un símbolo cromático de que todo va a seguir igual.

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Con el calor que está haciendo ¿qué hacen todos esos gorilas forrados?
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sábado, julio 24, 2010

Vaticinios para el discurso trascendental del 26 de julio.

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-. Se anunciarán medidas de apertura económica, algunas privatizaciones leves o cooperativas, pero siempre con la garantía de salvaguardar al socialismo, y que los enemigos de la revolución no se hagan ilusiones, que este proceso es irreversible.

-. Raúl Castro no volverá a mencionar que todos los cubanos tendrán un vaso de leche diario, no sólo los niños menores de siete años.


-. Fidel Castro estará sentado junto a Chávez. A su espalda estarán los enfermeros, médico de cabecera y psiquiatra, disfrazados de delegados.


-. Se criticará a la injerencia internacional en los asuntos internos de Cuba.


-. Se hará injerencia en los asuntos internos de Colombia, con críticas a las calumnias de que Venezuela acoge a los guerrilleros colombianos y se aplaudirá la ruptura de relaciones entre Caracas y Bogotá.


-. La televisión hará muchas tomas a la estatua del Che, en la plaza de Santa Clara y también a los carteles antimperialistas repartidos al pueblo, hechos en la imprenta del partido provincial.


-. Se acusará al imperialismo por financiar la guerra mediática y a los mercenarios que intentan desestabilizar a la revolución.


-. Se anunciará una vez más que se nos viene encima una guerra nuclear.


- No se mencionará ni media palabra de los presos políticos, el destierro a España o las amenazas, golpizas y nuevos encarcelamientos a disidentes.


Para esta adivinación no hace falta pulpo, bola de cristal o reflexión del compañero Fidel. Basta con haber vivido unos cuantos años en la aldea privada de los hermanos Castro.



De la intención a la farsa.


Han prometido que, en un plazo de hasta cuatro meses, todos los presos políticos saldrán de la cárcel. Hasta ahí todo bien. Cualquier persona de buena fe pensaría que se avecina una Cuba sin represión ni encarcelamientos por pensar diferente, pero… ¿por qué entonces, mientras Moratinos se llena la boca con el supuesto éxito de su trámite humanitario, siguen metiendo tras las rejas, sin cargos ni pudor, a los que tratan de llegar hasta la Asamblea Nacional para entregar las 52 000 firmas de la campaña Yo acuso al gobierno cubano? ¿Por qué la medida de encerrar a muchos disidentes hasta tanto haya pasado la celebración por el 26 de julio? ¿Por qué la medida de advertir a otros tantos, que no salgan de sus casas, o amenazan y golpean a los que van a conmemorar en el cementerio de Banes, la muerte, hace ya cinco meses, de Orlando Zapata Tamayo?


Para las turbas agresoras que el gobierno maneja, siempre es 26.

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miércoles, julio 21, 2010

De chicle y diversionismo ideológico.

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Uno de los mejores técnicos de iluminación del teatro cubano, a quien llamaré Joseíto, y que en los tempranos noventa se fuera de la isla en una balsa hecha con las tarimas y el telón de una obra de teatro (llegando exitosamente a las costas norteamericanas), me contó una vez cierta historia curiosa de los años setenta.


Joseíto estaba sentado en un banco del Parque Central, cuando lo abordó un policía. El guardián del orden venía acompañado de un civil, el cual señalaba a Joseíto con el dedo y decía: “Ese es, oficial, ese es el que estaba ahí, masticando chicle”… Como en aquellos momentos masticar chicle era ser pro-yanqui, apátrida y terrorista, Joseíto se defendió. “¿De dónde usted saca eso, compadre? ¡Yo no veo un chicle desde la época de Batista…!


El policía, diligentemente, puso su mano palma arriba y le dijo: “A ver si es verdad, escupa aquí”. Joseíto obedeció, y por supuesto, no salió más que un poco de secreción natural. No había chicle, pero el acusador insistía. “¡Yo lo vi, yo lo vi! ¡Seguro que lo botó cuando nos vio llegar!”.


Por las dudas, el presunto gusano de la goma de mascar fue conducido hasta la estación de policía. Allí, cuando fue registrado, le descubrieron una pistola reglamentaria en la cintura. Joseíto en aquel entonces era auxiliar de la PNR, pero no lo había dicho por discreción ante aquel desconocido que se empeñaba en acusarlo de un crimen que no había cometido.


La refriega se la ganó entonces el acusador, quien a esas alturas no tenía ya dónde meter la cara. “¡Pídale disculpas al compañero”, le decía el oficial superior al mando, “que bastante buena persona es al no ponerle una demanda por difamación! ¿A quién se le ocurre que un compañero auxiliar de la policía caiga en ese tipo de diversionismo ideológico?!”


Para cuando Joseíto me relató su historia, en Cuba ya no era crimen masticar chicle, o tener un disco de los Beatles. Pero aquella categoría fatal, la del “diversionismo ideológico”, seguía pendiendo sobre nuestras cabezas mientras se tuviese amigos en el extranjero – cualquier conocido foráneo era un potencial agente de la CIA – mientras se vistiese alguna prenda con símbolos capitalistas, se leyera libros prohibidos o se escuchara música proscrita. En cualquier caso, el rango de “diversionismo ideológico” era tan estricto o flexible como el brazo de la ley así lo entendiese, y la supuesta infracción, tan abstracta y perjudicial como el delator lo requiriera.


La última vez que supe de Joseíto, fue por una foto que le mandó a la directora de nuestro grupo (su vieja amiga, que ya lo había perdonado por llevarse las tarimas y el telón para construir su magnífica balsa con todo y vela), desde Filadelfia, donde posaba, saludando con la mano en un paisaje nevado.


Coda, actualización.


Aunque parezca una noticia de la época más medieval de la Revolución Cubana, hace muy pocas semanas el ciudadano cubano Sandalio Mejía Zulueta fue condenado a un año de cárcel por el horrendo crimen antipatriótico de llevar puesto un pullover con la imagen de Barack Obama. La noticia aparecida en Hablemos Press, comenta uno de esos hechos que serían difíciles de creer, si no conociéramos antecedentes tan surrealistas como cuando a Joseíto lo llevaron preso por presunto mascador de chicle en el Parque Central.


En un país donde no hace falta cometer un delito para ganarse la cárcel – la figura jurídica peligrosidad pre-delictiva puede meter a cualquiera tras las rejas sin necesidad de cargos – no parece tan descabellado, a fin de cuentas, que alguien pase todo un año en chirona sólo por lucir públicamente una camiseta adornada con la cara de Obama, en una calle que es de Fidel.


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martes, julio 20, 2010

Las reglas del juego.

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Aún no vamos ni por el tercer inning. El pitcher está bastante cansado ya, pero todavía tiene buen repertorio de lanzamientos, puede tirar pelotazos dolorosos aunque sacrifique bases, y peor aún, tiene varios posibles relevos calentando en el bullpen.


Este juego no es en el Latino, sino en el Comité Central del PCC. Muchos creen que ya entramos al último tercio del encuentro, que Fidel y Raúl, manager y pitcher respectivamente, han mostrado signos de cansancio al permitir que se les llenaran las bases con este asunto de soltar a los presos políticos, cuando en verdad sólo han sacrificado las almohadillas para evitar los extrabases, y confían en que algún golpe de suerte, en extrainnings, les va a salvar el pellejo.


El equipo está tan desequilibrado, que por un lado siguen mandando turbas represivas a agredir a un parapléjico sólo por exigir una tarjeta blanca para viajar, por otro lado la prensa oficial reconoce públicamente que la destrucción del sistema ferroviario se debió a “indisciplinas” y “deficiencias de dirección” (o sea, corrupción, a las dos manos, de las altas esferas), y por otra parte el comandante sigue vaticinando el fin del mundo, aunque ahora le eche la culpa de los fallos en su premonición a algún funcionario del MINREX que se durmió y le copió mal un informe.


Alarcón, por su parte, saca una bola escondida y declara que sí, que van a soltar a todos los presos políticos – todo a su tiempo, ¿cuál es la prisa? – pero a renglón seguido reclama a los inconformes que, entre los presos que la gusanera quiere soltar, también está el asesino de Fabio di Celmo, el turista italiano que pereció por una bomba en el hotel Copacabana. O sea, todos los presos políticos son asesinos terroristas, y sólo los soltamos porque no tienen hechos de sangre (todavía), y porque los del gobierno somos muy buena onda. Le estamos sacando dinero a una pizzería en moneda dura de El Vedado, con la imagen del italiano asesinado, pero los cabrones son los otros.


El doble play ha sido, sin dudas, la jugada con la que se deshacen de los disidentes excarcelados, mandándolos directamente para España. Dan un plazo de hasta cuatro meses para soltar al resto de los encartados durante la primavera negra del 2003, y no hablan nada, absolutamente nada, de los demás presos de conciencia. No importa, en cuatro meses pueden ir viendo cómo van a instrumentar la vigilancia y control de algunos terroristas como el doctor Elías Biscet, negados a marcharse al destierro, y dar tiempo a ver si la presión internacional baja un poco.


No amigos, este juego no se termina aún. Como dijera Anglada en un memorable play-off de la serie nacional, “esto se acaba cuando se acaba”.


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viernes, julio 16, 2010

El comandante no tiene quien lo aguante.

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Por cuarta vez consecutiva en lo que va de semana, hace acto de restauración pública el comandante Fidel Castro. Esta vez se personó por sorpresa en el Acuario Nacional, para presenciar el show de los delfines y hablar sobre la guerra nuclear y el medio ambiente.


En la prensa cubana no se habla nada de la excarcelación y deportación de presos políticos, no se comenta sobre las estrategias dilatorias para entretener a la opinión pública internacional y resolver la crisis de la posición común europea sin hacer cambios verdaderos en la maquinaria sociopolítica nacional, pero eso sí, las apariciones “espontáneas” del comandante, así pegaditas luego de años de ocultamiento y misterio, son seguidas de cerca por la prensa oficialista y llevadas a la población como una señal de que todo está en su sitio.


Al comandante le encantan los efectismos, y luego de poner a funcionar su talento dramático (el único que le queda, probablemente por haber sido el que más ejercitó en la vida), ha visitado ayer jueves a los parientes de Plipper, dando la nota ecológica y familiar, y de paso, saludar a Celia Guevara, la hija del Che que trabaja allí. Su mensaje de pasión y tradición, sin duda, tendrá sus titulares.


¿A dónde irá a pasear este fin de semana? ¿A qué lugar emblemático acudirá con su esposa (la vieja primera dama que los cubanos nunca han visto), el hijo Alex (nuevo fotógrafo de la corte), y sus nietecitos o guatacas de la mesa redonda?... Todavía queda un mes para la celebración de sus 84 años, muchas locaciones donde aparecer y muchos disparates que decir antes de que la radio, la televisión y la prensa plana dentro de la isla celebren, como en una mezcla de navidad y resurrección, al inmortal mesías del socialismo tropical.


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jueves, julio 15, 2010

Vale todo, novela de TV O Globo, protagonizada por Lula da Silva.

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Lula da Silva, con todo y su apodo convertido en nombre legal desde las elecciones del 82, está protagonizando en estos momentos una nueva versión del clásico novelón escrito por Gilberto Braga en el 88. La trama comienza cuando, en marzo de este mismo año y ante los micrófonos de una agencia de noticias gringa, declara: “Tenemos que respetar la determinación de la justicia y el gobierno cubanos”, y para rematar, "La huelga de hambre no puede ser un pretexto de los derechos humanos para liberar a las personas. Imaginen si todos los delincuentes presos en São Paulo hicieran un ayuno para pedir su liberación…"

El personaje presidente compara a los opositores cubanos en huelga con los criminales presos en Brasil, y por ello el conflicto se acrecienta. Su vieja leyenda populista comienza a deteriorarse en forma directamente proporcional a la amistad con los dictadores y opresores de las masas cubanas. La escena más fuerte transcurre el mismo día de la muerte de Orlando Zapata Tamayo, cuando bromea muy animadamente con los dictadores, junto a la piscina de la mansión de Fidel Castro.

Pero… la historia toma un giro inesperado: el mandatario de pronto ya no cree que los opositores sean delincuentes. Por el contrario, cuando se entera de que a unos cuantos de ellos los están deportando para España, directo de la prisión al aeropuerto y sin pasar por el barrio ni a decir “quiay”, se emociona y expresa: “Quedé tan feliz como cuando me soltaron en mayo de 1980”. Su solidaridad para con estos hombres que fueron condenados a veinte años y liberados luego de siete, recordando el prolongado período (de un mes) que pasó tras las rejas, se hace incuestionable cuando dice: “Dios quiera que todos los países suelten a todos los presos que son considerados políticos”…

La acción de la novela se aplaca. El personaje del presidente brasileño, en menos de medio capítulo, ha cambiado su punto de vista. Antes no reconocía la existencia de presos políticos en Cuba. Ahora no sólo los reconoce, sino que está muy feliz con este gesto de generosidad que han tenido sus hermanos dictadores, aquellos que le dieron total apoyo cuando Collor de Melo le armó el escándalo de la antigua novia negra a la que había pedido que abortara, y perdió dramáticamente sus primeras elecciones.

No vamos a adelantar el final de esta telenovela, pospuesto para las elecciones brasileñas del 2011, pero a modo de avance, los productores de TV O Globo nos han dicho que a partir de este momento, las contradicciones del personaje Lula se harán cada vez más evidentes, y que ya no podrá distinguir con efectividad a los villanos de los personajes positivos.

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Luiz Inácio Lula da Silva, departiendo animadamente con los dictadores cubanos, junto a la ostentosa piscina de la mansión Punto Cero, de Fidel Castro, el mismo día en que moría Orlando Zapata Tamayo, en huelga de hambre.

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lunes, julio 12, 2010

Fidel... ¡a escena!

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Demasiado habían acaparado la atención por estos días los triunfos de la oposición, demasiado espacio ocupaban en la prensa internacional hechos históricos como la huelga interrumpida de Coco Fariñas luego de doblegar, finalmente, la arrogancia del gobierno, como para que la diva mayor de nuestra nación – más decrépita y destruida que las otras divas, Alicia, Rosita y Alfredito – no buscase a toda costa robar escena, en un intento desesperado por tratar de recuperar el perdido protagonismo de los titulares.


La presentación en La Mesa Redonda, el programa más talibán de la televisión cubana, no transcurrió en el estudio 11, como es habitual, sino en una oficina anodina, con distribución improvisada en la que el comandante posaba tras una mesa satélite de extraña humildad, y salvo él y el tracatán mayor, Randy Alonso, los otros participantes estaban sentados en unas sillitas bastante incómodas. En la foto hecha por Alex Castro, el hijo devenido fotógrafo imperial, puede verse un cartel en la puerta que no alcanzamos a leer, por haber sido chapuceramente borrado en photoshop. Todo improvisado a la carrera, sin demasiada inspiración, y sólo para provocar lo antes posible el efecto de la resurrección, aunque el pretexto fuese, una vez más, alertar al mundo de la inminente Tercera Guerra Mundial.


Aunque muchas veces llegamos a creer que nuestro comandante haría como Greta Garbo, que desaparecería de la vista pública antes de lucir un semblante demasiado alejado de lo que alguna vez fue, al parecer subestimamos el alcance de su ego, de esa personalidad majadera que, aún en la más galopante de las decadencias, todavía cree posible embrujar a la audiencia con verborrea y triunfalismo, o como en este caso, con el gastado ataque moral al imperialismo yanqui.


La impresión que queda, al final, es la de haber presenciado una de las últimas actuaciones de un viejo comediante de vodevil, con la voz y el carisma destruidos por el tiempo, pero que, de espaldas a la cruda realidad, necesita aún aparecer en escena y recibir aplausos de los cuatro gatos que aún le siguen la corriente.

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Lo triste de esta representación es que el actor en estado de deterioro no gobierna un viejo teatro de variedades, sino un país, apoyándose en la actuación de reparto de un hermano mediocre y eternizándose a sí mismo como primer secretario del único partido en el poder, en una obra muy mala y aburrida, en la que no acaba de caer el dichoso telón.


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domingo, julio 11, 2010

Un pulpo para el comandante.

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Hace apenas minutos el equipo español se ha coronado campeón de Sudáfrica 2010. Entre tanta excitación nos habíamos olvidado de un vaticinio apocalíptico que, en las últimas semanas, pendía sobre nuestras cabezas con más truculencia que la profecía maya para el 2012. Con tanta emoción nos habíamos olvidado que el imperialismo y la CIA permanecían agazapados, aprovechando que todo el planeta andaba entretenido corriendo detrás de un balón, para tomarnos por sorpresa y desatar la Tercera Guerra Mundial.


Al parecer, la alianza del mal, Estados Unidos e Israel, decidieron darle una tregua a los buenos de la película, los inmaculados Irán y Corea del Norte. Y lo hicieron sólo para hacer quedar mal al comandante Fidel Castro. Está muy claro que, con tal de que el lúcido primer secretario del partido quedara como un desatinado senil dominado por las ansias de holocausto, decidieron posponer el intercambio de misiles para otra ocasión mejor - ¿las olimpiadas del 2012? ¿El próximo mundial, en el 2014? ¿La gira de Enrique Iglesias? – y con ello han perdido, tal y como dijese el propio comandante en su más reciente reflexión, una “extraordinaria oportunidad” para “mantener apartadas las mentes de la inmensa mayoría de los habitantes del planeta de sus problemas fundamentales”…


Ni siquiera Paul, el pulpo que se anticipó a los triunfos del mundial con un impresionante récord de aciertos, habría podido vaticinar mejor el desenlace de la civilización humana. No obstante, el médium molusco cefalópodo podría resultar un excelente asesor para nuestro máximo líder, mucho mejor que los consejeros que actualmente lo acompañan, esos que ni se molestan ya en impedir que escriba sus macabras chocheras, y definitivamente mucho más inteligente que aquellos izquierdosos trasnochados que le dejan comentarios laudatorios en Cubadebate.


Quizás comiencen a criar pulpos en el búnker de Punto Cero, traídos desde la hermana república sudafricana, para la paulatina sustitución de los integrantes del Grupo de Apoyo del Comandante en Jefe.


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domingo, julio 04, 2010

Susana Pérez: La posibilidad de elegir.

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En mi memoria guardo pocos actores o actrices de Cuba que ejercieran con la seriedad de Susana Pérez. Es fácil recordarla repasando la letra con fruición, antes de empezar a grabar algún programa, revisando cada matiz de la voz, cada sentido subyacente en el texto, con la precisión de un acróbata o un relojero. Si hubiese sido ella una actriz común, habría descansado en su belleza, en el hechizo perverso de su mirada para la conquista fácil de cualquier auditorio, pero Susana no se conformó con la armoniosa linealidad de la dulce damita de algún folletín, sino que, por suerte para nosotros, evolucionó hasta caracterizaciones tan complejas como la María Callas del teleteatro Clase Magistral, o la alocada Verónica Toledo, de la serie El Balcón de los Helechos. Ni qué decir de sus personajes teatrales, de sus disertaciones para teatro de cámara con Pareja abierta o Tengamos el sexo en paz… Susana Pérez ha sido, y es, una artista cubana que se ha ganado el respeto de su gente a base de esfuerzo, talento y oficio.

Por ello el acto de entrevistarla, aún cuando exista amistad de por medio, es un compromiso muy especial, una responsabilidad para con la escena cubana que no se puede tomar a la ligera. Susana ya es un ícono de nuestra cultura, y no podía sino estar de acuerdo con ella cuando me advirtió: “Me gustaría que fueras más allá de las entrevistas que últimamente me hacen, y que no dejan de hablarme de Charito y Sol de Batey…”


“No hay problema”, le dije, y acaso ya estaba pensando meterla en camisa de once varas, incitándola a departir sobre su nuevo oficio, el de artista emigrante en un horizonte muy diferente al de nuestra querida Cuba surrealista.


CARA A CARA CON ESTATUNIÑA.


- En un plano personal ¿qué diferencias substanciales hay entre la Susana de antes de emigrar y la Susana de hoy?


- Mira, en esencia yo no he cambiado en nada, pero necesariamente, cuando te vas a vivir a otro lugar, no queda más remedio que hacer cambios, pasar por un proceso de adaptación. Yo en eso siempre he tenido mucha facilidad, quizás sea un defecto, pero al poco tiempo de estar en una realidad diferente a la habitual, ya me siento como en mi casa. Además, le noté una característica a Miami: me encontraba a tantos cubanos, que durante mucho tiempo tenía la sensación de que no me había movido de Cuba, sino que estaba, quizás, en otra provincia. No por gusto los miamenses dicen que Miami es la provincia más al norte de Cuba…


Aquí se ríe, encantadora y chispeante como aquel personaje, Verónica, de “El Balcón de los Helechos”, después de un “¡Ay, estetuniño, no te me acomplejes!”…


- …Cuando entras a cualquier canal de televisión es como si fuera una extensión de la nuestra, porque has trabajado con esos técnicos durante años y sólo es un reencuentro. Por eso tantos cubanos que han emigrado - me refiero a los mayores - no hablan inglés, porque en realidad no lo necesitan… Pero tratando de concretar, creo que la esencia de mi persona no ha cambiado en absoluto.


- ¿Varió tu visión sociopolítica acerca de la realidad cubana?


- Si, completamente. Y lo curioso no es que haya cambiado por lo que he conocido aquí, que es un exilio muy variado…

- Variado y a menudo antagónico ¿no?


- Sin duda. Por un lado los mas antiguos, o el exilio histórico que son, digamos, los más radicales, los que no le reconocen a Cuba, a todo lo que ha ocurrido allá, ni un solo mérito, lo cual no deja de ser comprensible, porque se tuvieron que ir de su país, del que te hablan como si ese hecho hubiese ocurrido ayer, y la Cuba que tienen en la mente y en el corazón es la de la los años sesenta. Tampoco Miami era entonces lo que es ahora, ni ellos se encontraron con las ventajas que se encuentran los que llegamos más recientemente; tuvieron que luchar muy duro para lograr lo que han logrado, así que guardan, para mi gusto, demasiado odio. A ese exilio lo comprendo, pero no comparto sus sentimientos. Por otro lado, luego del primer éxodo, la emigración ha crecido poco a poco, en bandadas como el Mariel, cuando llegó todo tipo de gente, buena, mala, regular, y luego, pues, a buchitos, por reclamaciones, en balsas, por invitación, “quedándose”, cruzando la frontera… Todo esto trae como consecuencia que cada grupo piense diferente y que cada individuo reaccione de acuerdo a su experiencia en Cuba….


Por un momento queda pensativa, analítica, y no puedo evitar recordarla en aquella época en que dirigía dramatizados en la televisión y, como siempre, se esforzaba al máximo en no quedarse por las ramas.


- …Pero a lo que me preguntaste, te decía que sí, que mi visión sociopolítica ha variado, pero más por la posibilidad de conocer y admirar una disidencia dentro de nuestro país, a la que admiro por su mesura, su educación (proporcionada, en la mayoría de los casos, por los mismos de los que disienten ahora, mira tú que curioso), y por su valentía y capacidad de comprensión respecto a los problemas de Cuba. Eso es algo que lamento no haber descubierto allá, en nuestro país.


- De haberlo hecho, ¿te habrías manifestado a favor de la disidencia, de alguna manera?


- Haberlo descubierto me habría dado la opción de sumarme, o no, pero lo importante es la posibilidad de elegir, que la mayoría de los cubanos no la tiene, y eso es algo que ese exilio histórico del que te hablé no comprende… Creo que me estoy extendiendo demasiado en este tema, pero definitivamente sí ha cambiado mi visión, y me la han hecho cambiar los cubanos de Cuba que en algunos casos (y no es un eufemismo) eran mis vecinos y yo no sabia cómo pensaban.


- Al momento en que decidiste emigrar, ya había disminuido en Cuba la manía de borrar de la historia a los artistas “desertores”, y aún es posible verte allá, cuando se retransmite alguno de tus tantos trabajos audiovisuales. ¿Te parece que actores como tú o Reynaldo Miravalles han corrido mejor suerte que Celia Cruz, Sandoval o deportistas como el Duque Hernández, a la hora de ser suprimidos de la cultura nacional?


- Pienso que la política cultural de Cuba es como los designios de Dios, inescrutable, y a veces sorpresiva. No soy una especialista en política, pero eso puede estar pasando por muchas razones: porque la poca producción de televisión y cine los obligue a no perder materiales valiosos que, en definitiva, forman parte de la cultura; o porque haya un sentimiento oculto en los actuales dirigentes culturales, acerca de que ese es un proceso que, como todo ciclo vital, algún día tendrá que terminar, y estén, por un brote real de “patriotismo cultural”, preservando el patrimonio nacional, o bien porque esperan dar una falsa imagen de “apertura” o democracia que en realidad no existe... Ya te digo, no lo sé, pero ¿quieres más doble moral que el hecho de que a Celia Cruz la ponían - o la ponen - en los lugares turísticos donde también iban - o van - los cubanos, mientras en la radio o la TV mencionarla era firmar tu sentencia de muerte (laboral por supuesto, no física)?…En fin como te dije, inescrutable.


- Aún cuando la vida callejera de Miami tiene tanto que ver con el pulso de la idiosincrasia cubana, sus principios de funcionamiento son diametralmente opuestos. ¿Eso afecta o beneficia a un artista recién emigrado como tú?


- Bueno, a mí me afecta, porque independientemente de que Miami, como te dije, esta lleno de cubanos, la programación de TV para los latinos tiene su énfasis en los mexicanos, por una razón simple: en Estados Unidos hay un mercado de más de 23 millones de mexicanos contra un millón y pico de cubanos, y no sé las cifras exactas del resto de los países latinos, además de que, al no tener una producción que se comercialice de nuestro país, me obliga, a los 40 años de trabajo, a luchar otra vez un lugar que ya tenia ganado. Aparte de que, como sabes, en Cuba todo es subvencionado por el gobierno y aquí no, y eso hace que la lucha sea más difícil.


- Cuéntame algo de tus más recientes experiencias en el teatro o el audiovisual, y sobre las personas o instituciones que han llegado para producir o colaborar con tus nuevos proyectos.


- En el teatro, desde que llegué, comencé a trabajar produciendo con mi amigo, manager y productor Jorge Lorenzo y creando el grupo Teatro Cómplice. Además he trabajado en otras producciones que no han sido nuestras y también hemos invitado a otros actores a participar con nosotros, como es el caso del actor mexicano Gabriel Porras. También el año pasado, con Venevisión Productions, grabé una telenovela, Pecadora, que se está trasmitiendo en estos momentos por Univisión, y en México también, aunque no estoy segura por cuál canal…


- Por el canal 28 de televisión abierta, tengo entendido.

- Ese… Y bueno, se ha trasmitido en varios países de América Latina con mucho éxito.

- Al parecer tu vertiente teatral no ha disminuido su impulso, una vez radicada en los Estados Unidos. ¿Crees que las posibilidades en las salas teatrales son, en este momento, más generosas para ti que en la televisión o el cine?

- Mira, es que el teatro es una empresa en la que tú te metes a riesgo propio y a veces por simple disfrute artístico, aunque económicamente no te reporte mucho, pero en la televisión siempre dependes de que te elijan, de que te guste el personaje, de acuerdos contractuales, etc., y además, Miami es una ciudad donde la producción de audiovisuales no se corresponde con la población de actores y actrices.

- Teniendo en cuenta la posibilidad de que muy pronto pases por Sonora, para beneplácito de la nutrida comunidad cubana de este estado y también de los norteños nacionales, que de seguro van a quedar encantados con tu trabajo… ¿conoces México? ¿Qué motivaciones tendrías para presentarte, por ejemplo, ante un espectador como el de Hermosillo?


- No conozco México, y me hace mucha ilusión conocerlo pues sé que es un país hermoso y amado por sus nacionales, y la motivación, pues, es la de romper un poco, con el arte, esa barrera de desconocimiento de unos a otros que nos imponen las fronteras, las leyes y el aislamiento.


- Estas quimeras siempre las suelto cuando se trata de habaneros en la diáspora… ¿Qué es lo que más extrañas de La Habana, y qué cosa no querrías volver a ver allí, en tu ciudad natal?

- Lo que extraño, aparte de la poquita familia que me queda allá, es el malecón, viniendo desde La Habana Vieja hacia Miramar, esa diadema de luces apretando al mar para que no posea a la ciudad, esa imagen que siempre, en los peores momentos, me reconciliaba con lo mejor de mí. Y lo que no deseo volver a ver en mi país… es a alguien mirando hacia todos lados para emitir un criterio o una opinión.



OVACIÓN A LA CALLAS.


Hubiese querido darle un abrazo de despedida a Susana Pérez, un abrazo que llevase el calor de todos los cubanos que vivimos en México, pero hay cosas que por internet aún no pueden hacerse, así que me despido con el protocolo convencional del Messenger, ella me deja una última línea: “Te dejo, que tengo los frijoles a la candela”... Yo suelto una carcajada y vuelvo a ver a aquella María Callas ovacionada por una pista de sonido, en un Metropolitan Opera House de ficción, luego de doblar, como ni la propia diva original lo hubiese hecho, una bravísima aria de Puccini.


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jueves, julio 01, 2010

Liberen a Elián o el regreso de Monty Python.

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Aunque cueste trabajo creerlo, ayer miércoles Raúl Castro, Lazo y Alarcón participaron de una ceremonia religiosa en la Catedral Episcopal de la Santísima Trinidad, en 13 esquina a 6, en El Vedado, La Habana, así, con la mayor tranquilidad del mundo, como cuando van a un acto por el 26 de julio o a una sesión en el Palacio de las Convenciones. Y lo mejor es que estaban allí para celebrar los diez años del rescate de Elián González, un niño entonces, hoy convertido en flamante joven cadete de la Escuela Militar Camilo Cienfuegos.

Según las palabras de su eminencia Ricardo Alarcón, quien ofició su parte del culto en nombre de la Santa Inquisición del Comité Central del Partido, “no habríamos triunfado si no hubiéramos tenido a nuestro lado al Consejo Nacional de Iglesias de Cristo de los Estados Unidos”… Semejante devoción parece extraída de una comedia de Monty Python, si tenemos en cuenta que hace apenas unos años estos señores perseguían a los creyentes como rancheadores, deportaban curas y dejaban en ruinas a cualquier templo, de cualquier religión, en nombre de la adoración mayor, la del marxismo-leninismo.


Raúl Castro, de guayabera, participó como cualquier feligrés sin muertos en la conciencia y acompañó al jovencito que hoy es Elián González, ese mozalbete de mirada entre triste y perdida, que por toda una década ha sido víctima de manipulaciones por ambos bandos, secuestrado un tiempo por parientes, advenedizos y oportunistas, y rescatado más tarde por un gobierno autocrático que lo usa, sin el menor escrúpulo, como botín de guerra y banderín ideológico.


No puedo ni imaginar el rollo que debe tener el muchacho dentro de su cabeza en estos momentos, y menos lo que puede resultar, en el futuro, de este ser humano que una vez se libró milagrosamente de los tiburones en el mar Caribe, para caer a fin de cuentas en una jaula repleta de hienas voraces disfrazadas de monaguillos.


Da gusto ver cómo los compañeros del PCC llegan, como parte de un arduo proceso de “rectificación de errores”, al histórico concilio con la iglesia cubana, como los reyes magos Raúl, Lazo y Alarcón regalan incienso al niño Elián, en nombre de Fidel Todopoderoso, y todos de la mano, terminan cantando, como en Vida de Brian, de Monty Python, aquel bonito tema: “Always look on the brigth side of life…”


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El piadoso Raúl Castro, con el cadete Elián, durante
la ceremonia religiosa de ayer en la Catedral Episcopal
de la Santísima Trinidad.

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